Aunque el gran atractivo de Granada es su Alhambra, lo cierto es que está recorrida por pintorescos pueblos de sierra e impresionantes regiones, como puede ser la Alpujarra. Todo un paraíso que te asoma a un espectacular paisaje, entre picos escarpados, bancales, vertiginosos barrancos y pueblos blancos encaramados en las laderas de las montañas. ¡Ponemos rumbo a los pueblos más bonitos de la Alpujarra!
Lanjarón es la puerta de entrada a la Alpujarra granaína. Se trata de una localidad con raíces aristocráticas, dominada por calles anchas y muy largas, donde manan las cinco fuentes, azulejadas y con inscripciones de García Lorca, que abastecen su balneario de agua mineromedicinal.
A través de serpenteantes carreteras llegamos a Órgiva, recostado sobre las orillas del río Guadalfeo y con un rico patrimonio monumental, del que dan buen ejemplo la iglesia de Nuestra Señora de la Expectación y las torres gemelas de la Grácil.
Pampeira, recostado sobre el barranco del mismo nombre y en pleno corazón de la Alpujarra, es como un pequeño país en miniatura, donde todo guarda orden y armonía. Como todos los pueblos alpujarreños, está recorrido por empinadas callejuelas y salpicado de casas blancas, aterrazadas y con tejados cubiertos de launas y plazas asimétricas. Bubión y Capileira son los pueblos que le siguen, de donde parten caminos que llegan hasta el Mulhacén.
Trévelez abriga las faldas del Mulhacén; de hecho, es el pueblo más alto de España. Es todo un paraíso gastronómico gracias a su rico jamón, curado al viento de la sierra. Además, Pitres y Pórtugos conservan muestras únicas de arquitectura vernácula.
Salobreña está presidido por el castillo homónimo, unido a su casco urbano por el paseo de las Flores y bañado por playas y calas muy animadas.
Un recorrido que te permitirá conocer la otra Granada, la agreste, que majestuosa e imponente se asoma a Sierra Nevada.